Acabo de ver gracias a Futboleros el momento de Ginés Meléndez y la bandera asturiana de Juan Muñiz. Vale que la bandera era muy grande. Y que Melendi, con lo inofensivo que parecía en su primer disco, ha hecho mucho más daño de lo que podíamos soportar. Pero, ¡jóder!, ¿no es un poco desmesurada la acción?
Un apunte: cuando España ganó el Europeo sub 21 recuerdo que Eduardo Inda aprovechó su micrófono de Radio Marca para quejarse de las banderas regionales de los jugadores.Sospecho, pues, que lo de Ginés Meléndez no es un gesto espontáneo. No sé si es idea de la Federación que lo filtra a la prensa o sale de la prensa y en la federación cogen la idea pero tengo claro que hace meses que se viene hablando del tema en las oficinas, pasillos y comilonas y que al final ha explotado cuándo, dónde y cómo no tocaba.
Y es que ante la posible victoria existían dos maneras de actuar: prohibiendo o no prohibiendo otros colores que no sean el rojo y el amarillo. Lo primero, de hacerse, se tendría que haber hecho antes del partido (cosa que el propio Muñiz ha negado que se hiciese) y lo segundo no había causado ningún tipo de problema hasta ahora -¡¡y mira que hemos ganado últimamente!! -.Pero la Federación, en manos de Ginés, ha tratado de dar la lección de patriotismo en el momento más inoportuno: cuando lo celebrábamos. ¿Consecuencia? Que ni el chaval ni nosotros lo hemos acabado de festejar y que mañana, al charlar del partido, hablaremos de esto y no de lo emocionante ha sido.
Total, que Ginés de entrenar sabe mucho pero de profesor o bombero no vendria a ser el más indicado. ¡¡Suerte por lo menos que la bandera era asturiana!! ¡¡Llega a ser la catalana o la vasca y esto hubiera sido un infierno!!
PD: Hablando del tema de las banderas hay un caso similar pero no comparable. El de Divac y Petrovic. Fue en 1990, en la celebración del Mundial de baloncesto. Yugoslavia era aún Yugoslavia y Petrovic y Divac eran aún amigos. Poco después dejaron de serlo.
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