Existen personas, que de tanto querer crecer, se bloquean y pierden de vista la felicidad, se mortifican por su continuo querer “ser perfectos” y resulta que, la perfección no existe, solo la tendencia a mejorar.
Cada vez que nos superamos, debemos celebrarlo… alegrarnos, disfrutarlo y pensar en el peso que tiene en nuestra vida todos los pasitos que damos. Las personas felices son felices, no porque tengan más que los demás, sino porque su atención está puesta en lo que funciona en lugar de centrarse en lo que va mal.
Conocer en qué podemos mejorar nos permite crecer y esforzarnos para hacer las cosas mejor, pero nunca puede ser nuestro rasero, no puede ser el motivo para hacer juicios sobre nosotros mismos del tipo “no valgo” “no podré hacerlo”.
Pobrecito del que no vea sus puntos débiles, porque no podrá crecer.
Disfruta de tu éxito, de dónde has llegado y lo que has logrado, porque eso te da valor, el valor que tú realmente tienes. Si esperas que tú valor dependa de la aprobación y comentarios de los demás, siempre estarás vendido. Tienes que aprender a ponerte en valor, a saber que te esfuerzas y que gracias a ese compromiso e implicación alcanzas pequeños, medianos y grandes objetivos, pero al fin y al cabo tus objetivos.
Tú tienes mucho potencial, solo tienes que creer en él y exprimirlo para llegar dónde deseas. La forma de ser feliz es interpretar de forma generosa lo positivo y minimizar lo negativo. Minimizar lo negativo no significa que no nos esforcemos para corregirlo, significa no darle más vueltas de las necesarias, significa no fustigarme ni estar continuamente haciéndome reproches. Significa analizar, corregir, aprender… y olvidar.
Piensa tus puntos fuertes y tus logros, los momentos ricos en emociones positivas, las risas, el momento de relax, las charlas con los amigos, una serie divertida, la música que escucho y que me lleva a revivir momentos felices, etc., unas tapas, un paseo en el que siento el sol en la cara, una clase en la que he disfrutado, mi deporte. Si centras la atención en lo que sabes hacer bien y en los pequeños placeres, tu cómputo al final del día será mejor que si sólo estamos pendientes de aquello que no funciona y en lo que fracaso.
Elige el cristal con el miras tu vida y a tu persona. Sé flexible contigo misma, nadie lo hará por ti.