Si hubiera otra vida quisiera ser como mi padre. Un hombre con tantas virtudes y con tantos defectos. Que no es el ejemplo ni bueno ni malo de nadie, un hombre sin más detalles…. un hombre que para mi es perfecto.
Si hubiera otra vida quisiera ser como mi padre.
Me queda tanto que aprender de su vida que no se si en la vida que me queda llegaré a ser ni su sombra. Que el no es un padre cualquiera, que es mi dios y mi bandera… y cuidado con quien lo nombra. Que mi padre es mi universo y es el hombre de mis versos, con lacitos de cariños… porque yo soy su niño.
Y el siempre será mi padre por más que lo depare el destino.
Y el destino ha de saber que si me toca vivir otra vida quisiera escoger las virtudes y los defectos, lo bueno y lo malo de aquel que me acurruca en su pecho.
Ese que además de ser mi padre dibuja sonrisas preciosas en la cara en de la que es mi diosa, la madre que ha mi me ha “pario”, y eso para mi es lo mas grande que ningún padre hizo nunca por un hijo.
Doy gracias porque tú seas mi padre. Por tus reproches y consejos. Por el bien que me enseñas y de mi ser siempre cuidas.
Me enseñas a luchar, aspirar siempre a lo más alto y a mis sueños no renunciar. Por ser hombre testarudo aferrado a tu convicción. Por mantener en alto tus ideales sin perder la calma o razón.
Por instruirme en la vida y enseñarme a no mentir. Por preocuparte por mis problemas y recompensa no pedir.
Por enseñarme nobles valores: el amor y compasión, justicia, trabajo, caridad, verdad y el perdón.
Por cumplir con tus deberes. Porque nunca me fallas. Porque contigo contar siempre puedo.
Por ser modelo en mi vida. Por siempre creer en mí.
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