Hace varios días murió el que era, para la gran mayoría de la sociedad, el último genio. Más cercano a Edison que Einstein, innovación pura. Un ejemplo de como salir adelante contra la adversidad. Apple se queda huérfana solo dos días después de conocer el iPhone 4S (según las leyendas urbanas, for Steve). ¿Se acaban los genios?
Sí. La respuesta es sí. No está Maradona, Laudrup o Romario preparado para vestir. Hablo de genios como inventores, no como máquinas goleadoras. Hablo de genios con colas de vaca, vaselinas de lujo o goles imposibles. Hablo de regalos para el espectador. ¿Les digo la verdad? Hablo de David Silva.
La rica salsa canaria vuelve a sonreír. Lo hace porqué es feliz, porqué tiene a gente a su lado que baila a su ritmo, y que se permiten el lujo de bailar un Valls, puro espectáculo. En Manchester, en la parte más azul, se ha reencontrado a si mismo. Su pasado curso fue bueno, muy bueno. Pero los resultados no fueron tan excelentes como se esperaba, y la imagen del club era gris: ¡Touré Yaya era media punta! Y ahora tenemos un cambio. El marfileño juega de mediocentro, destruye. ¿Qué quien construye? Buena pregunta.
El pasado verano el conjunto citizien volvió a realizar un esfuerzo económico importante, pero por fin puso criterio -como mínimo en alguno de sus fichajes- y trajo a lo que más necesitaba. Se llama Samir, francés, bajito. Ha vivido años a la sombra de Cesc y Van Persie, y en solo dos meses, baila el mismo valls que Silva. Nasri es fútbol, lo que necesitaba David. Hay más. De los dibujos animados, llega al Etihad el Kun Aguero. Más carne al asador. Y si Edin Dzeko tiene el día.
Hace unas semanas, la prensa se hacía eco de unas declaraciones del medio canario, donde reclamaba más importancia en la roja -donde es suplente de Alonso, Xavi, Iniesta, Busquets, Villa o incluso Mata y Cazorla- y argumentaba que no tenía la confianza de Vicente del Bosque. El marqués nos ha hecho campeones del mundo, pero la derrota contra Suiza la pagó David, los números lo demuestran. Ya no es ni el jugador número 12, y, pese a que fue titular con 22 años en la proclamación de España como reina de Europa tres años atrás, le están comiendo la tostada los nuevos. Llega la nueva hornada.
Pero es que algunos vienen pegando fuerte. Nacido en Italia, de padre brasileño y campeón del mundo, y con lo mejor de la escuela española. Llega Thiago. Y él nos llevará a lo más alto en Brasil, de aquí a tres años. Pero Vicente, un secreto: Silva estará a su lado, lo tengo claro. Antes, en Ucrania y Polonia aun podemos tocar bajo la batuta de Xavi, luego relevo generacional. Lo mejor de Silva, fútbol aparte, es que ha aprendido lo mejor de unos, para poder enseñárselo a los que llegan.
Tiempo al tiempo. Y en el fútbol, el tiempo lo marca Silva, David Silva.
De momento, dos golazos del canario David Silva que reivindica un hueco en esta selección. Lo veis... Llevaba razón, tiene que jugar más. ¡Que Crack!
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