Porque no todo es fútbol en esta vida. Porque más allá de 22 futbolistas dándole patadas a un balón cada fin de semana están las personas.
Las malas y las buenas personas.
Juro que viendo y escuchando la rueda de prensa de despedida de Marcelino me he emocionado como pocas veces me ha podido ocurrir en el mundo del fútbol.
No quiero hablar del Marcelino entrenador del Sevilla FC. Eso ya es historia.
Quiero mostrar una vez más mis más sinceros respetos para un profesional como la copa de un pino y sobre todo, por encima de todo, para una muy buena persona.
Aquellos que han hecho del insulto y el menosprecio hacía el ya ex entrenador del Sevilla en estos últimos meses su modus operandi a la hora de criticar su labor profesional, ojalá tomaran buena nota.
No me apetece hablar más nada al respecto, de hacerlo, seguramente me metería en charcos los cuales, sinceramente, ya no merece la pena.
Sr. Marcelino, que tenga toda la suerte del mundo. No le quepa la menor duda que yendo con la cabeza bien alta Y DE FRENTE como ha demostrado ir en estos 8 meses que ha estado como técnico del Sevilla FC, esta le sonreirá más pronto que tarde.
Sr. Marcelino García Toral, mis respetos y mi aplauso. Para ello, permítame en su despedida que me ponga de píe ante usted.
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