Principio Educativo: La responsabilidad está en uno mismo

¿Cuantas veces nos hemos preguntado a nosotros mismos porque no ganamos con la frecuencia que quisiéramos? ¿Por qué el equipo "tal" casi siempre gana?, ¿qué fórmula tiene para salir victorioso en la mayoría de sus encuentros?

Cuando termina un partido y volvemos a perder, lo más común es decir, ¡con esos árbitros no se puede jugar!, volvió a tener suerte aquel equipo, sólo porque se nos acabo el tiempo, cinco minutos más y ahora sí les ganamos, los vamos a volver a ver en las semifinales y ahora sí van a ver quienes somos, si no es por que se lastimó fulanito otra cosa hubiera sido, la pelota no quiso entrar...

Estas y otras expresiones son las más comunes en el ámbito del fútbol, pero ¿Cuándo escuchamos algo así?: creo que la estrategia estuvo mal planeada, tengo que preocuparme más por la preparación física, la motivación que ocupé para este encuentro no fue la adecuada, mi conducta dentro del equipo está fallando, estoy exigiendo lo que yo no estoy dando.

Los ejemplos negativos que escribo son los más comunes en nuestro ámbito, ya que debido a la falta de recursos para justificar una derrota lo primero que viene a la mente son los factores externos a nosotros.

El éxito en cualquier actividad humana no se debe a factores externos, sino a factores personales, es falso que la suerte haga que nos vaya bien y es totalmente verídico que los que tienen éxito son las personas o equipos que trabajan " adecuadamente".

Cuando digo adecuadamente me refiero a hacer las cosas con la plena conciencia de nuestros actos y con la capacidad que da el prepararse para desarrollar una actividad, porque el hecho de que trabajemos como locos no quiere decir que lo estemos haciendo bien.

Por ejemplo, yo puedo estar practicando 10 horas diarias el tiro al arco, pero si no tengo el conocimiento de la técnica, lo único que voy a hacer es enseñar a pegarle mal a un muchacho y, cuando llegue el momento de ponerlo en práctica, lo que va a pasar es que él va a fallar el tiro y además se va a lastimar.

Eso nos hará sentir frustrados y con mala suerte, pero la realidad es que uno fue el que creo ese mal momento, no fue el destino ni la mala suerte y son cosas que se pueden solucionar con un poco de actitud.

Aparentemente. Lo importante es que para empezar a tener más éxito y poder de realización en la vida, es fundamental comenzar por reconocer que la responsabilidad está en uno mismo.

Si las cosas no van bien, no es por causa de los demás. Lo que hay que hacer es cambiar de actitud. Esta es la técnica esencial para ir hacia el éxito y hay que repetirlo muchas veces, hasta que se grabe en lo más profundo de la mente de los niños en las divisiones formativas.