jueves, 12 de enero de 2012

Horst Wein (Parte 3)

Horst_SchuheUn cerebro bien desarrollado, en el que se ha establecido el mayor número posible de conexiones, es capaz de relacionar mejor, más rápido y mayor número de conceptos entre sí, puede analizar más rápida y profundamente la realidad que le rodea al jugador, imaginar y encontrar más y mejores soluciones ante un mismo problema que surge en el juego y ponderar mejor cada una de las opciones antes de adoptar una decisión final sobre qué hacer, cómo, cuando y en qué lugar hacerlo.

Jugadores con un código genético menos brillante pero estimulados y formados primero en la “Escuela de Iniciación Deportiva” y después en la “Escuela de Fútbol” con métodos correctos pueden establecer más conexiones cerebrales que jugadores genéticamente muy dotados, que han sido formados con métodos tradicionales * que reinan todavía en la gran mayoría de países, clubes y escuelas de fútbol.

La enseñanza tradicional en el fútbol * es, generalmente, poco estimulante. En la formación de futuros futbolistas abundan todavía los instructores que suelen dar o regalar peces, día tras día a sus discípulos, mientras hay pocos formadores que les enseñan a pescar. La enseñanza tradicional* con sus entrenamientos y competiciones equivocadas perjudica por igual a todos los jóvenes jugadores, porque impide el desarrollo de sus áreas cerebrales.




Cabe preguntarse cuántos Zidane, Beckenbauer o Pelé están dejando de aparecer por culpa de una formación basada en opiniones, tradiciones e intereses y no en criterios científicos.

"Dios juzga el árbol por sus frutos, no por sus raíces"

Como una breve orientación serán expuestos aquí sólo 8 de los múltiples características de la enseñanza tradicional en el fútbol.

1. Tomar como punto de partida el juego de los adultos con las reglas oficiales de la FIFA sin adaptarlas a la medida del niño. El niño de 7-8 años compite con las mismas reglas que los profesionales.

2. Acelerar el desarrollo del jugador y afrontarlo precipitadamente a la dificultad y complejidad del fútbol reglamentario.

3. Ofrecer en los entrenamientos contenidos que tienen poco que ver con lo que exige la competición, es decir el entrenamiento y el partido no se condicionan mutuamente. En los partidos se juega otro fútbol que en los entrenamientos.

4. Después de muchos ejercicios ( actividades cerradas – método analítico) se suele ofrecer un juego ( una actividad abierta- método global) en vez de considerar como punto de salida siempre el método global ,el juego abierto, para posteriormente ejercitar, lo que hace falta para poder jugar mejor. No se debería ver el juego como un premio sino como una necesidad.

5. Considerar la técnica, la táctica, la preparación física y la mental de manera aislada, pensando que la suma de las 4 partes asegura un buen rendimiento del jugador.

6. Conceder una importancia excesiva al mecanismo de la ejecución técnica, enseñando principalmente “como” hacer las cosas. La enseñanza pasa por y se planea para el dominio de los diferentes gestos técnicos aislados del resto de los componentes del juego, gestos carentes de significado que los jugadores irán asimilando hasta automatizarlos tras numerosas repeticiones. Lógicamente este punto lleva a un acento en el juego individual.

7. Considerar el jugador como sujeto pasivo que debe seguir las instrucciones del técnico. El niño se convierte en un sujeto ejecutante en vez de un jugador pensante. Tiene con su técnico una relación de máxima dependencia. Buscar resultados rápidos en la competición con una complicidad entre técnico y jugadores para conquistar los resultados en el menor tiempo posible.

8. Buscar resultados rápidos en la competición con una complicidad entre técnico y jugadores para conquistar los resultados en el menor tiempo posible.

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