El partido se disputó en unas condiciones climatológicas impropias para la práctica de este deporte. En medio de una tormenta y un enorme aguacero con incluso granizos, el colegiado del encuentro, creyó oportuno dar comienzo al encuentro.
Resaltar la actuación del trio arbitral, que por primera vez en la temporada, el colegiado estuvo acompañado por unos asistentes “en practicas”. Cuando a priori se su pondría que tendríamos un encuentro controlado, fue todo lo contrario, ya que las decisiones que tomaban iban precedidas de dudas e equivocaciones sin asumir el control de un partido muy sencillo de arbitrar.
Partíamos con las bajas importante de dos pilares básicos como son los de David Moreno y Francisco Rubio ambos por expulsión en el partido anterior. El equipo era conocedor de la importancia de los tres puntos en juego, y con toda la ilusión por seguir optando al subcampeonato del la competición, saltamos al terreno de juego con la única convicción de alzarnos con la victoria.
No se nos iba a presentar un partido fácil. Además de las condiciones climatológicas y las bajas en el once inicial también contábamos con un equipo en frente que tan magnifica temporada viene realizando. Sino fuera poco todo lo anteriormente dicho, nuestro equipo no salió a disputar el encuentro todo lo enchufado que debiera, y cuando tan solo se habían disputados dieciocho minutos de la contienda, el resultado que reflejaba el marcador era de 0-2 y ¡gracias!.
Cierto es que a través de las botas de Agustín Adame tuvimos varias ocasiones claras de gol, pero en ninguna de ellas, nuestro delantero centro estuvo acertado. La ausencia en los entrenamiento, se reflejo en los metros finales y definición del “9” zalameño.
Alejandro Oliva acortó distancia desde los once metros en el minuto 20, al ejecutar la pena máxima que declaró el colegiado en una caída dentro del área de David García donde le perdonó la expulsión a defensor rival. Con el este resultado adverso de 1-2 nos dirigimos a los vestuarios, empapados y con una imagen muy deteriorada de un equipo que esta luchando por alcanzar la segunda posición en la tabla.
En el vestuario nos conjurábamos para sacar este partido adelante y que lo ganábamos si o si… ¡El sueño es posible! El equipo esta vez si salió convencido y con las ideas claras. Retocamos algunas posiciones dentro del once y le dimos mas profundidad por bandas, fuerza en el centro del campo y arriba… colocamos a nuestros jugadores mas técnicos para definir en los metros finales.
La tarde no estaba para hacer un buen fútbol, quizás ni tan siquiera divertirnos, solo había que ganar y a por ello fuimos. Gran Iván Pereira y Agustín Adame dando le criterio al juego, recuperando numerosos balones y siguiendo los criterios que el cuerpo técnico les había encomendado. Gracias a todos estos detalles, y a un magnifico centro desde la banda derecha de David García al segundo palo, entra solo de marca Antonio Pérez recolocado en el interior derecho para anotar el gol que igualaba la contienda y nos daba un plus de fuerza y motivación para buscar un nuevo tanto y ponernos por delante en el marcador.
Cuando se acercaba el minuto 65 del partido una nueva penetración por banda derecha es cortada por el defensor rival zancadilleando a nuestro delantero dentro del área y el arbitro de nuevo señala la pena máxima. Alejandro Oliva, de nuevo, en un ejemplo de responsabilidad y de echarse a la espalda el equipo, decide coger el balón y disponerse a lanzar desde los once metros. En sus botas estaba la remontada. El hizo que el equipo creyera que era posible en una situación idéntica y el tenia la oportunidad de culminarla… Toma carrerilla, lanza y ¡¡¡ GoooOOOoool !!!
3-2 y ¡Gran Remontada! ¡Increíble! El equipo nunca dejó de creer en si mismo, en el trabajo que venimos haciendo y en la posibilidad de poder alcanzar un sueño…
A partir de ese minuto el partido no tuvo mas historia, con un rival abatido y superado, mermado por el cansancio y el aguacero sufrido durante los 90 minutos… controlamos el encuentro, no permitiendo que el contrario pudiera crear alguna situación que pudiera alterar nuestro latir del corazón.
La nota negativa del encuentro fue la actitud de nuestro capitán, David García, que en un momento de enagenación mental, decidió dejar al equipo y marcharse a los vestuarios por decisión propia. Una imagen repochable de este futbolista, que a pesar de ser una gran persona y mejor deportista, este tipo de comportamientos le hacen un daño publicamente enorme. A continuación dejo un pequeño trozo del texto que publique hace unos dias sobre "La Inteligencia Emocional" para una posible reflexión:
Autocontrol. La capacidad de modular y controlar las propias acciones en una forma apropiada; dominar la sensación de control interno. Aquí es donde la mayoría tiene problemas, controlar en caliente, en pleno partido es difícil teniendo en cuenta los factores de intencionalidad, resultado, dolor, u ofensa; sin tomar en cuenta criterios de arbitraje. Es ahí justamente donde se debe saber manejar la inteligencia emocional en todos sus sentidos. Pensar en menos de un segundo, que lo que sucedió pudo haber sido una provocación, una casualidad, lo que sea, pero lo que le conviene a su equipo es el logro del objetivo final, por lo tanto no debe desconcentrarse y caer en ímpetus sino utilizar los hechos a favor.
Una victoria mas y son ya catorce… La semana que viene una salida difícil la que nos espera en tierras vecinas, El Campillo, ante un duro rival que a pesar de la distancia que nos separa en la clasificación, estoy plenamente convencido que harán todo lo posible por complicarnos la vida y robarnos el sueño que perseguimos. Hasta entonces, solo nos queda una cosa… ¡Trabajar, trabajar y trabajar!
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