miércoles, 23 de marzo de 2011

Por un Fútbol distinto

Actualmente confluyen multitud de metodologías de entrenamiento en el fútbol. Cada una suele tener un precursor y los demás suelen seguir dichas metodologías. Estas metodologías suelen a su vez llevar una marca personalizada de quien las lleva a la práctica, lo que las hace en ocasiones, desvirtuarse y llegarse a convertir en una forma de entrenar “tuneada” y poco relacionada con los principios que perseguía en su comienzo.

Yo personalmente poco a poco voy descubriendo cual es la forma de entrenar que más se adapta a mis pensamientos y que por supuesto mejor transferencia me aportan para la posterior competición. No obstante no voy a exponerla ya que el objetivo de éste pequeño artículo o “post” no es ese, sino hacer una crítica constructiva a la falta de formación y a la falta del interés por el cambio.

Quiero de aquí hacer una llamada a los entrenadores arcaicos y cerrados que independientemente de cómo entrenen (y seguramente les dé hasta resultado), intenten reorientar sus metodologías primitivas e inmemoriales que no aportan nada nuevo al deporte del fútbol. Quizás no soy nadie para juzgar la forma de trabajar de otros/as (no pretendo juzgarla) sólo pretendo que cada uno lleve a cabo una verdadera actualización a través de la formación, del “autoaprendizaje” y la puesta en práctica personal de algo diferente que aporte al fútbol.

Los entrenadores (y yo el primero) deberíamos hacer un examen profundo de nuestra forma de entrenar, darnos una “autoexplicación” de por qué hacemos una cosa y por qué hacemos otra y realmente ser coherentes con el fútbol. Un entrenador no puede querer jugar bien sino entrena bien. Eso es ser incoherente “quiero esto y hago lo otro”. Cuantas veces escuchamos en los campos de fútbol esa frase tan real de:

“SE JUEGA COMO SE ENTRENA SEÑORES”

A viva voz pretendemos transmitir a nuestros jugadores/as que sino entrenan “bien”, es decir, como nosotros queremos que entrenen, no se jugará “bien”. Esto llevará a que si el partido del Domingo sale bien, todo será porque el entrenador ha acertado y si sale mal es porque no se ha entrenado bien u otros factores de esos habituales, tipo árbitro, climatología, lesiones, etc.

Se han preguntado esos entrenadores si realmente se entrena para poder jugar “bien”. Esa sería la cuestión más importante. El entrenador debe de ser consciente de su responsabilidad y de las consecuencias que sus decisiones durante la semana acarrean a la posterior competición. Si la confección de una planificación y entrenamientos de fútbol no son coherentes con el propio fútbol, cómo vamos a pretender entrenar para jugar bien. No entrenaremos bien y por lo tanto no controlaremos los aspectos los cuales nos llevarán a no jugar “bien”.

Creo firmemente en que las metodologías sino renovadas, deben ser revisadas, creo firmemente en que todos debemos llevar a nuestros entrenamientos única y exclusivamente el fútbol, creo en una forma diferente de entrenar, por tanto, creo en un FÚTBOL distinto.

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